Cuando tenemos un diseño terminado, y lo vamos a enviar a imprenta, debemos crear un documento optimizado para ello. Es lo que se conoce como ARTE FINAL. Comprobaremos minuciosamente ese documento antes del paso a producción, asegurándonos que cumple una serie de requisitos. Veamos a continuación los principales.
Se revisará que las dimensiones del diseño coinciden con las del trabajo final. Puede tratarse de un tamaño universal, o de un tamaño personalizado. En ambos casos en obligada la comprobación.
El sangrado (o bleed) es un pequeño margen que debemos añadir al diseño, con el fin de evitar espacios en blanco, y actúa como margen de seguridad. Comprueba el sangrado que necesitas.
Revisaremos que todos los colores correspondan a la misma paleta (RGB o CMYK), y que son los acordes al proyecto y solicitados por la imprenta. Para impresos en papel lo habitual es CMYK.
Comprobaremos que todas las imágenes añadidas al diseño tienen la resolución suficiente, y adaptaremos su modo de color a lo pedido por la imprenta. La resolución habitual será de 300 ppp, para pequeños formatos.
Revisaremos todo el texto y las tipografías. Es imprescindible convertir todas las tipografías a trazados, así nos aseguramos que esta información no se perderá, en el caso de que la imprenta no la tenga.
En el caso de que tengamos que añadir un troquel, lo haremos con un color de tinta plana añadiendo el atributo “sobreimprimir”. Así informaremos a la imprenta, pero no aparecerán en el resultado final.
Y por último, exportaremos el resultado con todas las revisiones en un documento PDF en alta resolución. Este formato almacenará todas las configuraciones listas para la imprenta.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!