Si existen colores cuyas sensaciones y aplicaciones son muy diferentes, según la cultura, no ocurre lo mismo con el azul. Siempre, o casi siempre, está vinculado a la calma, la tranquilidad, o incluso la tristeza.
Aunque eso sí, también depende de su tono e intensidad. Los azules claros son refrescantes, y en cierto modo, acogedores. Mientras que los azules oscuros inspiran confianza.
En el diseño los tonos claros de azul se emplean cuando se pretende transmitir calma y serenidad. El azul oscuro es ideal para plasmar sensación de confianza.
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